lunes, 17 de agosto de 2015

El PSC después del 27-S: haciendo prospectiva virtual

La situación previa y posterior a las elecciones del 27-S al parlamento catalán se antoja extraordinaria. En estos momentos, la presencia de 2 candidaturas conjuntas (Juntos por el Sí y la plataforma de la CUP) en favor del proceso constituyente y la declaración unilateral de independencia (DUI) así lo atestiguan. Al margen de este posicionamiento existen otros partidos y coaliciones que también competirán por los escaños en esas elecciones en desigualdad de condiciones (Catalunya Sí que es pot, extraño híbrido en el que confluye Podemos e Iniciativa per Catalunya, Partido Popular, Ciudadanos, Unió Democrática y PSC) . Hablemos de este último.


Las opciones políticas que baraja el PSC parecen a primera vista claras: primero, no son partidarios de una DUI y segundo, no creen en la convergencia con otros grupos políticos para incorporarse ni a las candidaturas conjuntas por la independencia, ni a otra que se barruntó de carácter unionista, apadrinada por el PP. Su posición es difícil, puesto que defendiendo la ideología de un partido socialdemócrata, debido a la toma de decisión llevada a cabo por la dirección federal del PSOE, no son partidarios de ninguna postura favorable a una posible secesión catalana del territorio español.

Pasemos a la prospectiva virtual, objeto fundamental de este post. ¿Qué pasará con el PSC después de las elecciones del 27-S? Pues, la respuesta se antoja difícil. No obstante, barajaremos distintas alternativas para poder hacernos una idea.

1) El PSC, siguiendo su actual tendencia de pérdida de relevancia política en Cataluña, pierde escaños en el parlamento y no consigue ni formar grupo político propio y se integra en el grupo mixto. ¿Cuál sería la causa de este resultado? El electorado por el que se decanta el PSC tiene que seguir un perfil de difícil localización, es decir, de centro-izquierda, no partidario de la independencia y favorable a un nuevo proceso negociador en el que Cataluña permaneciese en España con nuevas condiciones. Todas estas condiciones se antojan complejas de gestionar con el panorama político actual marcado por un gobierno marcado por el nacionalismo español más rancio con reminiscencias claramente neofranquistas. Unido todo ello a un tupido frente españolista formado por PP y PSOE, pero también secundado por Podemos, UPyD y Ciudadanos.


2) Obtiene una representación similar a la actual, con lo cual se podría afirmar que sería un triunfo, puesto que la competencia electoral se ha incrementado y polarizado debido a la presencia de las candidaturas conjuntas, que aglutinan a varios partidos, pero que además enarbolan la bandera de la posible opción independentistas, exceptuando la candidatura compuesta por Podemos e Iniciativa per Cataluña. Este resultado ha de pasar por la caída estrepitosa de Ciudadanos y PP en Cataluña, recogiendo el PSC los votos de los electores no partidarios de la DUI, pero que se alejan del PP por su acción de gobierno a nivel nacional y su candidato, cuyo perfil es de radicalización frente al catalanismo y otras culturas, así como un voto de castigo a Ciudadanos por su papel de visagra en gobiernos tanto de derecha (CAM), como de izquierda (Andalucía).

3) Aumentaría su representación parlamentaria, suponiendo que la deriva independentista asustase a un porcentaje importante del electorado no movilizado por esta reivindicación y para ellos el PSC representase la opción centrista del tablero político, que se formase tras la elecciones. Este panorama daría al PSC un papel capital a la hora de gestionar el periodo post-electoral y llevaría a un reposicionamiento tanto del PSC, como del resto de partidos y candidaturas hacia la DUI. En ese momento el PSC tendría que decidir si continuaría siendo un partido con peso propio dentro del PSOE, que se organiza a nivel federal formalmente, o bien zanjar de una vez esta polémica y decidir como partido propio, no acatando las instrucciones del comité federal del PSOE. Esta posibilidad encerraría que se considerase por parte de la dirección catalana y sus bases que son partidarios de una opción intermedia entre la DUI y la actual situación de Cataluña en la España de las autonomías.

Hasta aquí un retazo de la prospectiva que, como todos ustedes saben, no tiene ningún viso de cumplimento certero, pero que puede modificar los comportamientos que se desarrollan en el presente.



El Taller de AV by Antonio M. Pérez Flores y Víctor M. Muñoz Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.



martes, 11 de agosto de 2015

Libertad para qué?


Si analizamos los valores contenidos en el programa del PP desde los outputs o resultados de las políticas públicas que implanta, evitando hacerlo desde su falaz discurso, podemos observar de manera nítida que con el liberalismo sólo comparte la fachada del discurso y la defensa de la propiedad privada, puesto que el resto de valores de la teoría liberal se los saltan a la piola cada vez que implanta algún tipo de política pública.

El liberalismo procede de la lucha contra el absolutismo donde libertad y los derechos individuales son principios inviolables. El liberalismo defiende la división de poderes, la igualdad del individuo ante la ley y la competencia de mercado, además de promover un Estado de derecho laico y no intervencionista con una mínima regulación de leyes sobre el comportamiento individual.


El concepto de libertad del PP es más cercano a conceptos propios de sistemas absolutistas, autoritarios o caciquiles que al concepto de libertad liberal que es el supuesto eje central de su ideología política.

El PP legisla contra los derechos individuales, interviene en el mercado creando una competencia deshonesta entre empresas que dan comisiones bajo cuerda a los políticos que gestionan el Estado y las que no están dispuestas a pagar la mordida, rescatan empresas privadas y bancos afines al Gobierno que se han hundido y quebrado por la mala gestión de sus responsables, apoyan un Estado centralizado que imponga los valores de la Iglesia católica a la sociedad, han querido implantar la ley del aborto y han materializado la ley mordaza, mantienen y promueven la desigualdad del individuo ante la ley puesto que apoya la corona, aforamientos, indultos y realiza todo tipo de maniobras para obstaculizar la justicia contra los actos de corrupción cometidos por los miembros de su banda organizada, además de instrumentalizar el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial para adecuarlos a sus fines de esquilmación impune del Estado.

Mientras aconsejan a los parados que trabajen por sueldos de miseria y arengan con un "así se empieza"a personas que han trabajado y cotizado a la seguridad social mil veces más que ellos, como buenos liberales, se dedican a cargar a las cuentas del Estado hasta su ropa interior. 

Salvando algún caso proveniente de la literatura, a los ladrones no les importa el destino de las personas a las que roban  y mucho menos si se encuentran en el Gobierno.

El actual Gobierno trata al ciudadano de manera cínica y clasista. Clasista porque realizando una mala interpretación y uso de la teoría liberal, piensan que los pobres son pobres a causa de sus cualidades personales como vicios, holgazanería, incompetencia o falta de espíritu emprendedor y  acaban acusando a las personas que necesitan ayudas estatales de pauperismo, llegando a comprar la desagradable situación de desempleo y sus miserables retribuciones con un año sabático para vividores.

Este discurso del PP es un verdadero ejercicio de cinismo. Los políticos del PP utilizan el discurso liberal para vender que han hecho fortuna mediante el fruto de su propio esfuerzo mientras enmascaran que es herencia del pillaje y saqueo acumulado durante la etapa franquista o de la ratería actual que lleva a cabo el Gobierno a base de sobresueldos y otras artimañas. Cuando Aguirre se declara liberal conservadora omite el enunciado puesto que en realidad se refiere a un tipo de caciquismo conservador español con ínfulas de liberalismo democrático, de hecho, Carlos Fabra quien se hacía llamar el cacique de Castellón ha acabado en la cárcel por corrupción. Por eso pierden votos en la misma derecha.


La ideología del PP es más cercana a un tipo de teosófia del patriotismo español que al liberalismo, puesto que mantiene dos tipos de doctrinas en su acción social, una exotérica y otra esotérica, más tres hipóstasis sobre el Estado; de puertas para afuera mentir, de puertas para adentro robar y repetir hasta la saciedad que España es una nación grande, única y unida en lo universal.

Por tanto, si analizamos el discurso del PP  junto a los resultados de sus políticas públicas, podemos afirmar que su programa no es liberal sino oligárquico y caciquil ,y, puesto que no son un partido político sino una presunta organización creada para el lucro personal de sus miembros "per fas et nefas" (por medio lícitos e ilícitos) deben recurrir a la ficción, el engaño y los pagos en diferidos para ocultar sus abyectos fines de lucro personal barnizados de partido político populista.

Por todos estos motivos podemos concluir en que el PP no es un partido liberal, ni tan siquiera neoliberal, sino una organización amoral presuntamente diseñada para el robo y blanqueo a gran escala, que es lo que se hacía en el periodo franquista.

En un congreso extraordinario del PSOE celebrado en 1920 se eligió a Fernando de los Ríos como miembro de la Comisión Ejecutiva y comisionado para viajar a la Unión Soviética y valorar las posibilites de ingreso en la Tercera Internacional. Cuando De los Ríos pudo ver la organizada producción taylorista Soviética le preguntó a Lenin por la cuestión de la libertad, y le respondió mediante otra pregunta. Libertad para qué?

Vivimos en una sociedad donde el proceso de producción del sector servicios se ha hiperracionalizado a un nivel semejante al del taylorismo industrial comunista y los salarios, el nivel de pobreza y la libertad de expresión empiezan a converger de manera escalofriante con los de los países del Segundo Mundo (países del antiguo bloque comunista).

Ante esta situación, aunque no podemos decir que Rajoy sea Lenin ni Pedro Sánchez Fernando de los Ríos ni tomar a España por la Rusia comunista, la pregunta sigue siendo la misma, y qué hay de la libertad? a lo que Rajoy responde exactamente de la misma manera que Lenin. Libertad para qué?

Libertad para vivir

lunes, 3 de agosto de 2015

El Programa Neofranquista del PP


Mientras que el PP critica con toda dureza a Carmena acusándola de totalitaria y de atacar la libertad de expresión, por crear en el Ayuntamiento de Madrid una página de comunicación en la que no se pueden verter comentarios de manera interactiva, se dedica a prohibir mediante coacción la más mínima crítica en las redes sociales sobre las instituciones de gobierno. Un verdadero disparate.

El programa del PP es el programa del Neofranquismo que toma cuerpo en una especie de "reformismo anti-regeneracionista" basado en un espíritu romántico del puritanismo y conservadurismo español, un gobierno fuertemente centralista que garantice la unidad territorial, el culto a la Patria disfrazado de culto a la libertad, invocar el espíritu de las clases populares para legislar duramente contra ellas mediante un presidente, que se erige así mismo en caudillo mesiánico de la Voluntad General, que piensa que no debe dar ningún tipo de explicaciones porque,  tal como decía Rousseau, la Voluntad General nunca se equivoca. Invocan valores democráticos, para una vez instalados en el poder, cargar contra ellos.

Por tanto, tenemos un gobierno que pretende volver a sistemas que emulen pretéritos modelos heredados de la dictadura como lo es la vuelta al Estado Centralista, la supresión de competencias autonómicas mediante la imposición del cumplimiento de estabilidad presupuestaria, la merma de derechos y libertades, la imposibilidad de decidir la permanecía en el Estado mediante el garante militar, el Estado represivo y policial, el rechazo de las prácticas democráticas como la libertad de reunión y manifestación, la persecución de la disidencia en las redes sociales, la imposición, no dar explicaciones, no atender a responsabilidades, la corrupción institucional y judicial generalizada, la doble moral, la total desprotección del trabajador frente un tipo de empresario manijero que elige a diario a quien despide y contrata, vuelta a la caridad en vez de la asistencia social del Estado, la indolencia con la pobreza, el certificado para pobres, vuelta al usted sabe quién soy yo y, es tan cercano al franquismo que, además de conservar símbolos y calles con nombres de militares golpistas franquistas, incluso les molesta la música y juegos en los parques y lugares públicos.

Los supuestos tecnócratas neoliberales del PP quieren volver a crear un país en blanco y negro de cabreros, curas, zambomba y pandereta.


Cuando se prohíben críticas públicas sobre las instituciones de gobierno y jugar a la pelota o bailar se convierten en algo transgresivo para el sistema, hay que admitir que, tal como nos avisaba Althusser, Marcuse y Chomsky,  vivimos bajo una modalidad de sistema autoritario dentro de un sistema democrático que se torna en un nuevo Leviatán de Estado. 


España necesita tanto una Izquierda con sentido común como una derecha decente. Una izquierda que vele por los verdaderos intereses de las clases populares y medias, que no respondan a perversas lógicas de gobierno,  por el vil metal u otro tipo de prebendas personales de sus dirigentes, y una derecha que reniegue de prácticas corruptas y abusivas respecto a los trabajadores y los derechos del ciudadano.



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