lunes, 14 de septiembre de 2015

ADIOS, PARTIDO ANDALUCISTA, ADIOS

El sábado 12 de Septiembre se celebró en Torremolinos el 17º Congreso del Partido Andalucista , pero este no era un congreso ordinario, como otro cualquiera, sino que era el acto donde se escenificaba la desaparición este partido, que durante más de 40 años había desarrollado su actividad política en Andalucía y fuera de sus fronteras. Ese día fenecía el partido que enarbolaba y defendía la ideología andalucista, expresada más concretamente en el nacionalismo andaluz. Dicho concepto todavía no está muy definido, pero si existió una opción política que se configuraba en torno a él.
Dentro de la historia del PA (Partido Andalucista, en adelante) pueden encontrarse momentos de éxito político muy notable, como -por ejemplo- la obtención de un escaño en el Parlament catalán. Sí, un escaño en un parlamento de una comunidad distinta a la andaluza, que venía a representar a los andaluces afincados en Cataluña y que consideraban necesario que su representante fuera miembro de ese partido.

También contaron con un parlamentario, eso sí de carácter rotativo al pertenecer a una coalición de partidos nacionalistas (Europa de los pueblos), que se presentó a las elecciones europeas, en el Parlamento Europeo de Estrasburgo. Además también gobernó en alcaldías en grandes ciudades andaluzas como Sevilla, Jerez de la Frontera o Algeciras. Incluso su predilección ha sido tal, que habiendo casi desaparecido de la escena política todavía gobernaba en algunos municipios andaluces como Utrera (Sevilla) o El Puerto de Santa María (Cádiz). Y, como no, también fue socio de gobierno en la Junta de Andalucía con el PSOE-A.

 No obstante, todos estos logros anteriormente señalados no pueden servir para reseñar cuáles han sido las causas de su desaparición como actor político relevante en Andalucía en poco tiempo. Un primer elemento a tener en cuenta es la propia división interna del PA desde sus inicios, evidenciando los dos sectores mayoritarios -situados uno en Sevilla y otro en la provincia de Cádiz- enfrentados en la mayoría de las contiendas electorales. El fuerte personalismo desplegado por los otrora líderes del partido, Alejandro Rojas-Marcos y Pedro Pacheco, no contribuía a la solidez del proyecto andalucista. En varias ocasiones se pusieron sobre las tablas los fuertes enfrentamientos políticos -también nos atraveríamos a decir que narcisistas- entre ambos líderes, y que propiciaron la división interna del PA.

Algunas opiniones dirigen estas diferencias al ámbito ideológico, evidenciando que dentro del PA existían dos corrientes internas (una conservadora, representada por Alejandro Rojas-Marcos y otra progresista, nominalizada en Pedro Pacheco), pero no existen evidencias al respecto, ni estudios que avalen estas conjeturas. Lo que sí es obvio que esta fractura interna nunca benefició al PA. De hecho, en 1993 Pacheco fundó el Paratido Andaluz de Progreso como fruto de la escisión con el PA de Rojas-Marcos. Posteriormente, en 2001, y tras la vuelta de Pacheco al PA, de nuevo se produjo otra fractura y como resultado de ella se constituyó el Partido Socialista de Andalucía. De toda esta dinámica, la imagen pública del PA salió gravemente dañada.
Por otro lado, las constantes idas y venidas de Pacheco a los juzgados por presuntos casos de prevaricación -demostrados con posterioridad- y el desagaste político de su figura minaron enormemente los resultados del partido tanto a nivel municipal, como autonómico.

También, la dinámica llevada a cabo por el PA en Sevilla siendo un partido visagra (pactando con PSOE y PP, alternativamente) y con la única pretensión de ostentar la alcaldía al precio que fuese, condenó al PA a un fuerte desgaste electoral en el consistorio y, por añadidura, a nivel provincial. El último hito en los elementos destructores del PA se derivó de su apoyo a la investidura de Manuel Chaves como presidente, entrando a desempeñar labores de gobierno con algunas consejerías dentro del equipo formado por el PSOE-A. Esa circunstancia derivó en la posterior estrategia electoral del PSOE-A basada en la apelación al voto útil, haciendo que el PA fuese visto por electorado como la muleta del PSOE-A.

Es un hecho constatable que todos los partidos que han apoyado al PSOE-A y han entrado a formar parte de su gobierno, en las siguientes elecciones, han sufrido una notable merma en su resultado electoral, verbi gratia, Izquierda Unida en la anterior legislatura. El PA después de desaparecer del Parlamento Andaluz como fuerza con representación política tenía sus días contados. Si entendemos que los partidos políticos actuales se convirtieron, por el proceso de competición al que se veían abocados, en máquinas de ganar contiendas electorales y pretenden llegar a todo el electorado (cath-all parties) el no contar con la financiación derivada de su presencia institucional hace su existencia inviable.
Cabría comentar hacia dónde han ido los tradicionales apoyos electorales del PA, que fueron confluyendo hacia otras fuerzas. Pero no por ello debemos pensar que las posturas ideológicas del nacionalismo andaluz hayan desaparecido, sino más bien que otras instituciones políticas han sabido capitalizar el sentimiento andalucista en votos más eficazmente.

Se podría decir que el nacionalismo andaluz ahora está situado en el sector más radical de Izquierda Unida, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (que actualmente parece distanciarse de IU y empatizar más con Podemos) y sobre todo en el PSOE-A, cuya acción de gobierno continuada en la Junta de Andalucía se considera como la mejor vía de defensa de los intereses de Andalucía, siempre y cuando no esté ese mismo partido ostentando el gobierno central. La reivindicación de los intereses andaluces del PSOE-A en Madrid aparece y desaparece en función de si se utiliza como arma política en la contienda partidista.

Como conclusión, expondremos dos aportaciones que continuarán su existencia más allá de sus creadores andalucistas, pero que sirven como ejemplo -aunque su parangón sea bastante diametral en cuanto a su importancia y funciones- de la política del PA para Andalucía. Por un lado, la pionera implantación de un circuito de velocidad en Jerez de la Frontera y que ha colocado a Andalucía como referente a nivel internacional en el ámbito del motor. Y por otro, la creación dentro de la Consejería de Presidencia del Centro de Estudios Andaluces, institución con vocación investigadora que ha permitido contar con un organismo encargado de la realización de encuestas periódicas a la población andaluza sobre cuestiones de todo tipo. Se podría decir que una de sus funciones es ser el CIS andaluz.


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El Taller de AV by Antonio M. Pérez Flores y Víctor M. Muñoz Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.



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