lunes, 12 de septiembre de 2016

FUTURIBLES DE LA IZQUIERDA POLÍTICA ESPAÑOLA



“La casa queda lejos de aquí, pero usted no se perderá si toma ese camino a la izquierda y en cada encrucijada del camino dobla a la izquierda……….. El consejo de siempre doblar a la izquierda me recordó que tal era el procedimiento común para descubrir el patio central de ciertos laberintos” Borges. El jardín de senderos que se bifurcan. 

En la vorágine electoral vivida en estos últimos tiempos parece que la izquierda política no ha salido muy bien parada. Tras la jugada de farol de Rajoy en su propia investidura, algunos, los menos, pensarán que de nuevo es el momento de que el PSOE encabece una nueva propuesta para conseguir un nuevo gobierno, pero esta vez desde la vertiente de la izquierda, es decir, aunando apoyos desde Podemos.


De todas formas, tanto el desbloqueo de la situación política como la hegemonía de la izquierda en España, pasa por un necesario pacto entre PSOE y Podemos más el consiguiente apoyo de Cs, o bien de los partidos nacionalistas.
Analicemos las distintas alternativas:  

La actual situación política de la izquierda indica que el pacto PSOE/Podemos, mientras no converjan en la cuestión independentista, parece no ser probable, máxime cuando todavía necesita el apoyo parlamentario de otros partidos y no cabe otra alternativa que citar a los nacionalistas catalanes y vascos. Con todos ellos, sí es posible desalojar a Rajoy del gobierno y encaminar así por buena senda el futuro político del país que, como todos sabemos, camina por el oscuro requiebro de la corrupción sistemática ofrecida por el PP.




No sería nada descabellado decir que tras el fiasco del pacto de PSOE/Ciudadanos de la anterior legislatura, este pacto aparenta no tener futuro, no obstante, los resultados cosechados por Unidos Podemos en los anteriores comicios no son nada halagüeños, de ahí que quizá desde la formación morada haya algún tipo de reacción en la dirección de apoyar un gobierno presidido por Sánchez. En el previsible caso de que Podemos no quiera arriesgar a tener peores resultados en terceras elecciones, es posible que Sánchez obtuviera el apoyo de Podemos y que el discurso constituyente de Cs facilite la coalición Psoe-Podemos-Cs.  

No sería deseable volver a presenciar el anterior vodevil sin desenlace entre Sánchez, Rivera e Iglesias. En este sentido, no solo los emergentes aprenden sobre la marcha. Sánchez, hace bien en evitar un nuevo sainete mediático optando por pasar de la política desiderativa a la política de hechos consumados. Escarmentado de la pasada situación de bloqueo político, en vez de caer en los seductores cantos de sirena de los emergentes, ha decido dar el portazo y esperar a que quienes realmente se encuentren interesados en no repetir elecciones, sean quienes llamen a su puerta. Tal como ha declarado Sánchez, para iniciar esta vía no estaría de más que Rivera e Iglesias pactaran entre ellos antes de intentar marear la perdiz cada uno por su parte.

Aunque se diera tal situación, todo apunta a que sería bastante complejo que los emergentes lleguen a un acuerdo de gobierno, por lo que el rumbo político perfila una nueva cita electoral allá por finales de 2016.

Otra vía alternativa para alcanzar una posición hegemónica en el panorama electoral de los partidos de izquierda sería que en Cataluña se volvieran a repetir los resultados de antaño, es decir, el PSC fuera una fuerza política notoria en Cataluña y Qwerty obtuviera también un incremento de escaños. Con resultados como los anteriores de estas formaciones de izquierda se posibilitaría un pacto a nivel nacional. No consideramos que esto pueda ser posible dado que el PSC, por muy autónomo que se considere, no se alinea con el bloque independentista y su alternativa federal ya no cala en el electorado, y Qwerty deje la ambigüedad mostrada sobre el asunto de la DUI, lo cual no entra en sus planes. Cuando la izquierda obtiene la victoria en Cataluña y Andalucía siempre se traduce en el gobierno en Madrid, de ahí que se vea mermada su potencia electoral en estos territorios.

Sin embargo, la incertidumbre se cierne ante los partidos de izquierda. El PSOE lleva dos fracasos rotundos, cosechando los peores resultados de su larga historia electoral. Por otra parte, Podemos ha sufrido el primer -y potente- revés tras su coalición con Izquierda Unida. Ambos partidos no las tienen todas consigo, puesto que las perspectivas no son muy positivas. Todo ello es consecuencia de la constante lucha cainita desarrollada por las dos corrientes de la izquierda en España, es decir, la comunista y la socialdemócrata. Quizá Podemos se posicionó en sus comienzos en un nuevo planteamiento que orillaba esta dicotomía, pero tras su coalición con IU, todo parece indicar que su posicionamiento estratégico se acerca más al comunismo. Dicha opción es tan lícita como otra cualquiera, sin embargo, en nuestro país comunismo es sinónimo de obsesión por el sorpasso anguitiano. Eliminar a la traidora y domesticada socialdemocracia para ponerse en sus zapatos desde el comunismo democrático. Esto siempre ha traído como consecuencia la debilidad de la izquierda al fragmentar sus apoyos electorales y, por tanto, el triunfo de la derecha -unida en otros tiempos, pero ahora también parcializada.

Por tanto, en el caso de que no llegue a fraguarse una colación entre PSOE-Podemos-Cs y sean necesarias terceras elecciones y, tal como se presume, los resultados de este hipotético nuevo encuentro electoral no difieren mucho de los registrados en los dos comicios anteriores, todo indica que la izquierda no alcanzaría el gobierno, aunque haya un incremento de escaños del PSOE o de Podemos. En ese futurible político, la salida al atolladero tendría una vía en la que Cs ya no sería una opción: el logro de la investidura de un candidato a presidente de un partido de izquierda -por el momento, el PSOE- apoyado por los diputados independentistas catalanes y los partidos vascos. No obstante, para que esta opción sea viable se necesita que los dos partidos de izquierda pongan en marcha dos procesos paralelos, pero igual de importantes. El primero de ellos el abandono de las luchas cainitas entre PSOE y Podemos, lo cual implica defenestrar la idea del sorpasso y trabajar juntos por el futuro de la ciudadanía del país, y segundo, atemperar mucho el posicionamiento centralista relacionado con el nacionalismo español, que por mucho que les pese a los partidos de izquierda está incluido completamente en los marcos de la derecha. Eso hace que, su realineamiento con el PP y Ciudadanos en todo lo relativo a la idea de lo que es España, los aleje de todo posible acuerdo con los partidos independentistas catalanes.

Cuando estos dos procesos se desarrollen y den sus frutos, y teniendo en cuenta que las diferencias entre las distintas formaciones políticas de izquierdas es más de tipo simbólica y discursiva que ideológica y programática, la izquierda política en España será otra, incluso aun no siendo lo que ahora es España.




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El Taller de AV by Antonio M. Pérez Flores y Víctor M. Muñoz Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.